La leyenda del Árbol de Navidad

En la época de Navidad, existe una creencia muy conocida por muchos, pero que pocos saben, ¿cómo se originó la leyenda que el Árbol de Navidad?

El árbol navideño se originó en Europa en una ocasión donde un pobre niño buscaba refugio del terrible frío en una noche. En ese momento, un Leñador y su Esposa lo encontraron, y apiadándose de su pobre condición, lo recibieron en su casa para que se caliente y le dieron de comer.

Conforme avanzó la noche, ya calientito y bien satisfecho, el Niño se convirtió en un Ángel vestido de Oro, y él era el Niño Dios. Este angelito estaba muy agradecido por el afecto y bondad de la pareja de esposos, que como agradecimiento, decidió recompensarlos con una rama que había tomado, y les dijo que la siembren ya que daría frutos cada año. La pareja, así lo hizo y la rama, creció. Con el pasar del tiempo, ellos pudieron ver frutos tan bellos como unas hermosas manzanas pero de oro y nueces de plata.

Así, ellos vestían sus arboles en invierno (época donde estos perdían sus hojas) para que los buenos espíritus que habitan en ellos, puedan regresar pronto y sentirse a gusto con los hermosos adornos que eran manzanas pintadas o también piedras teñidas de diferentes colores.

La leyenda del Árbol de Navidad

Hay quienes dicen que gracias a esta curiosa costumbre, nació el origen de los adornos navideños. Por otro lado, las bolitas de cristal o brillantes, se añadieron al Árbol de Navidad allá por el año de 1750 (Bohemia).

La costumbre del adornar el árbol de navidad, continuo expandíendose por Europa y mucho después, en América se adoptó esta costumbre en el siglo XIX.