El Luisón o Lobizón

Cuenta la leyenda (según una creencia de origen Europea), que el séptimo hijo varón de una familia, al llegar a la adolescencia se convertirá en un Lobizón los martes y los viernes por la noche. En el momento que empieza su transformación, éste se revuelva sobre cualquier cosa desintegrada como la arena, ceniza o una tumba del cementerio. Cuando amanece, este ser recupera su forma humana.

El Luisón o Lobizón físicamente es como una bestia mitad perro y cerdo, de mucho pelaje y con grandes orejas. Éste ser recupera su forma humana si un hombre lo muerde o alguien que no lo conozca lo hiere. Su mirada es tan penetrante que desprende fuego y es inmune a armas de fuego, sólo puede ser herido con un arma blanca. Cuando está en presencia de su propia sangre, éste recobra su forma humana, pero se convertirá en enemigo mortal de quien descubra su secreto y no se detendrá, hasta eliminarlo.

En otros países, es conocido como el "Lobishomen" (lobo-hombre, Brasil y Portugal). Es representado como una criatura mítica que merodea por los campos en las noches de luna llena, sobre todo si éstas caen en viernes. Gusta de acechar y atacar a los viajeros, así como también, entrar en las casas de otras personas en busca de niños. Una vez en sus garras sus victimas, les chupa la sangre. Se dice que se alimenta de niños que no están bautizados, así como también de desperdicios.

el lobizon leyenda
La leyenda del lobizón

El Lobizón ataca y puede transmitir el mal. No lo hace mordiendo, sino, entre las piernas de alguien. Si uno es víctima de éste, se convertirá en un Lobizón liberando al anterior de su embrujo. A pesar de su forma Perruna, los perros lo ladran al verlo, pero no se atreven a atacarlo. Una forma de romper este hechizo, es bautizar al niño en siete iglesias distintas, así como también, ser bautizado en el nombre de Benito y si el mayor de los siete hermanos, es su padrino.