Cuenta la leyenda de la Coca que, antes de morir Kjana-Chuyma (un viejo adivino al servicio del templo de la isla del Sol por orden del Inca) debido a causa de lesiones ocasionadas por el maltrato de los españoles, él comentó a sus hermanos:
"Antes de morir mis hermanos, les comentaré lo que me reveló nuestro padre sol:
Cuando yo muera, deben subir al cerro que está próximo donde encontraran unas plantas de hojas curvas. Estas deben cultivarlas con esmero ya que de ellas obtendrán alimento y consuelo. Sus hojas les darán fuerza para que puedan soportar todo aquello que se acerca debido a la ambición de los conquistadores.
Cuando estén tristes, estas hojas les ayudará a olvidar las penas y se sentirán mejor.
Cuando deseen averiguar algo concerniente a su futuro, un poco de estas hojas deben lanzarlas al viento para que les digan aquel secreto que desean saber.

Cuando el blanco quiera hacer lo mismo y se atreva a utilizar estas hojas, a él le sucederá todo lo contrario.
Esta planta mis hermanos, es un don del Sol. Para los blancos sera solo un vicio que los llevará a liquidar a sus hermanos sólo por conseguir más."